Raúl Daniel

Raquel... (Historia de un “Casi-amor”)

 

El día en que seas mi esposa

te llamaré de Raquel,

no porque tuve una novia

cuyo nombre ése fue;

y aunque es cierto que la quise,

ya muerto está, en el pasado,

el amor con que la amé.

 

Muy otra es la razón

por lo que eso haré,

y es por copiar del Maestro:

¡de Jesús de Nazateth!

 

Dios lo hizo muchas veces,

a mí me llamó Daniel,

Pedro a Simón, Boanerges

puso a Jacobo y Juan,

pero lo más impactante:

a Jacob llamó Israel.

 

El siempre cambia los nombres,

nuevos le gusta poner;

y prometió que en la gloria,

con todos, ¡así va a ser!

 

A Abram llamó Abraham,

y de Sara a Saraí,

no te vayas a enojar

porque yo te lo haga a ti;

me gusta el nombre Raquel

y te lo voy a explicar:

 

Raquel fue aquella esposa

que más amó Israel;

Israel, (que es Jacob),

también pueblo del Señor;

y la iglesia es la esposa,

actual Israel de Dios.

 

Jacob, peleando con Dios

le quitó la bendición;

por eso es que ganó

ese nombre, pues venció

al mismo Dios, y a los hombres

en más de una ocasión.

 

Yo peleo diariamente

y con ese mismo Dios,

Jacob lo hizo en la carne,

yo lo hago en la oración;

Jacob pidió bendiciones,

tú eres lo que pido yo.

 

Y ahora quiero, mujer,

averiguar si entendiste;

ya que sabes cómo te amo,

y cuán grande mi amor es,

lo mucho que lo has probado,

y lo fuerte, puro, honrado,

romántico, apasionado,

perdurable y cortés...

¡si hasta te beso los pies,

y: ¿Qué no te he perdonado?!

 

Como yo te estoy amando,

de esa manera fue

que Dios amó a los hijos

que Raquel dio a Israel;

así como Dios nos ama,

tú y yo lo sabemos bien

¡con toda mi alma te amo,

y con mi cuerpo también!

 

Es que te daré mi vida,

por tu amor la cambiaré;

eso vas a comprobarlo

algún día, yo lo sé,

será como en el Calvario...

pero en el tiempo que falta,

y en el trato diario;

en todo el tiempo que te ame,

vas a escuchar que te llame

con ese nombre: ¡Raquel!