He apagado el candil de tu vela
He apagado el candil de tu vela,
he recogido los pedazos rotos
de tu estela.
He remontado los ojos
y en un grito de sordera
me dije para mis adentros:
¡Aun mucha vida nos queda!
He pisado el camino mojado,
remado bajo cielos soleados,
he bajado desde cielo a la tierra
para ver mis huellas en la arena.
He cambiado mis sueños
y he ganado en esfuerzos.
¡Y ahora quien quiera;
que me quiera!