Mi amor es como un gato: ágil y sigiloso,
ronronea con el cariño y se acurruca en las piernas.
Como un lince atrapa la más mínima caricia
y como una leona, guarda su presa y se alimenta.
¿Cuantas vidas tiene un gato? Siete o nueve, no lo sé.
Las que tenga las he ido perdiendo, muertas en el hastío,
asesinadas por la soledad, el desprecio o el dolor;
asfixiadas por la incertidumbre o la desesperanza.
He caído de diferentes alturas.
Me han arrojado con diferentes impulsos.
Han intentado que pierda el horizonte.
En cuatro patas he logrado sobrevivir.
Pero, ¿morirá el amor en mi?
¿Cuántas vidas llevo ya perdidas?
¿Cuántas aún quedarán por asesinar?
Recuerdo las más dolorosas por su profunda cicatriz
y las recientes por su agrio sabor.
Pero, ¿morirá el amor en mi?
Con el peso de los años y sus cicatrices en mi cuerpo,
reconozco la falta de fuerzas y el ímpetu mermar,
me cuesta incorporarme por la vida y el dolor;
pero, ¿morirá el amor en mi?
Aún sufro con el que sufre y lloro con el que llora.
Tengo la esperanza de un mundo mejor
y cuando miro a mi alrededor
la realidad desola mi alma,
pero aún sueño con un mundo mejor.
La traición agobia y envilece mi alma,
la mentira me angustia y deja mal sabor,
la falta de virtud me hace añorar tiempo antiguos
y el deshonor me hace recordar D’Artagnan.
Pero, ¿morirá aún así el amor en mi?
Con el correr de los años
reconozco que no estoy adaptado,
que esta no era la vida que quería vivir,
que la vida color de rosa era una ficción
y que hay que tenerlos bien puestos,
si se quiere subsistir.
Pero, ¿morirá el amor en mi?
Millones de años los dinosaurios vivieron
y fueron los amos y señores de la tierra.
El hombre en su corto aparecer
se empeña en su estirpe deshacer.
Traición, injuria, mentira y deshonor.
¿Que caracteriza a nuestro ser?
Todo esto y aún mucho más,
Pero, ¿morirá el amor en mi?
Añoro una vida plena,
anhelo un perfecto amanecer,
y del hogar tengo nostalgia,
viviendo la poesía de mi imaginación.
Los besos y las caricias las anhela mi pasión,
una plática profunda
una música que extasía
y un libro que embelese.
Que perfecta imagen en mi mente.
¿Que más puede el ser pedir?
Pero, ¿morirá el amor en mi?
La utopía de una mente fantasiosa
que buscar sanar la realidad dolorosa
de un profundo vacío existencial.
Aún tengo la música y la literatura,
la pintura y la escultura llenan mi ser,
pero la poesía, ah, dulce placer.
Todo esto me ha enseñado a amar,
todo esto me hace añorar
lo que mi imaginación me hizo soñar
y cuando miro la triste realidad,
aún así, ¿morirá el amor en mi?
Que bueno que mi amor no es como una hormiga,
porque se le aplasta y deja de ser.
El gato que llevo dentro huye en el momento
y se agazapa evitando más palo y dolor.
Pero, ¿morirá el amor en mi?
Me lo he preguntado todo la noche,
he dudado y he creído,
he llorado y me he reído,
pero aún no he entendido
si morirá el amor en mi.
No… Me rehúso a creerlo,
rechazo la duda y la incertidumbre.
Seguiré disfrutando de Brahms y Mahler.
Miraré extasiado a Matisse y Miró.
Leeré con ansias a Balzac y Víctor Hugo.
Me enamoraré de la luna y las estrellas
y una nueva ilusión vendrá.
Y aunque a este gato viejo y apaleado
no le queden muchas vidas:
no… !no morirá el amor en mi¡