LAS COSAS BONITAS TAMBIEN HAY QUE USARLAS.
A mí no me sirve que las cosas que hay en mi casa sean bonitas…. Quiero, que además de bonitas… sean funcionales… que se puedan usar, que se desgasten junto con quien las tiene… que se vuelvan cómplices en la cotidianidad, … que las tazas se puedan usar, bebiendo infusiones, leche o café…. que se estrellen con los labios… con las cucharitas… que tomen vida y puedan ser testigos de las conversaciones en el silencio de las mañanas….Que sean partícipes de esas miradas de sus dueños que toman ese té con tostadas y café….y el de la noche…ese que después de un largo día…. se hace recuento de daños o de ganancias… que los botes o los tarros … le den posada a plantas que las hagan crecer… y que les cuenten al viento los secretos…. esos que les cuentan cuando las riegan… que las cajitas guarden secretos también… que los cuadros se vuelvan testigos y cómplices de de las hermosas caricias y besos que sus dueños se dan…..que los objetos sean saludados por los dueños…. que se despidan cuando se marchan y que se acuerden de saludar a su regreso a casa … porque ellos esperan ansiosos su regreso para seguir acompañando en la cotidianidad. A mí no me sirve que las cosas se vean bonitas, quiero que convivan con quien las adopta, que envejezcan, que también se llenen de arañazos y de arrugas… no me sirve que todo sea solo bonito….quiero que las cosas tengan vida, que sean parte de la vida de quien las tiene, que sean cómplices, amigos… testigos, ¡¡¡ Las cosas bonitas… no me bastan…!!