Mi casa es un mundo
con objetos y personas que impresionan.
Las paredes y los muebles hablan en silencio,
se quejan de su soledad y claman compañía.
La convivencia es como un enjambre de abejas,
las personas vuelan y pican,
aunque a veces somos seres solitarios.
Mi hogar es un espejo del tiempo,
las gotas de lluvia rocían los cristales de las ventanas
y se entristecen.
Los días nublados se cubre de una capa gris.
El viento azota sus muros y ruge con furia.
El sol irradía sus alegres rayos a través de las ventanas
y alegra las habitaciones.
Las inclemencias del tiempo provocan impresiones
y sentimientos en la familia que mora dentro.
La familia es un nido de amor y disgustos,
los días siguen uno detrás de otros,
y avanzamos por el camino de la vida.
Tropezando con las piedras que nos golpean,
nos levantamos con fortaleza para seguir caminando.
Necesitamos comunicación y cariño,
todos hemos nacido para querernos.
Deseo que mi hogar sea una fuente de amor,
comprensión y convivencia fluida.
No busco una gran belleza del edificio,
ni de sus paredes y muebles,
Sino la grandeza del corazón de mi familia
y que todos posean una buena salud.