Nicolas Ferreira Lamaita

EL TEMPLO

EL TEMPLO

Estirando un poco mis piernas de viejo 
como sin quererlo camine hacia el templo.
Surque su ancha nave, admire sus frescos
me hinqué en sus altares con sumo respeto
Me senté en sus bancos de límpidos cedros

Disfrutando la paz, que ofrecen los templos,,
ventanales labrados, que el plomo divide,
telarañas grisáceas, tejiendo vitrales.
Vidriados colores, labrados espejos,
la luz traspasando por sus entramados,
transmitiendo historias, narrando sucesos.

Retablos tallados, maderas y yesos.
pequeñas figuras, adornando altares,
misterio a los ojos, sinfonía muda, 
singular perfume a los sentimientos.

Ver los querubines, espíritus celestes,
contemplar absortos belleza divina,
caminar las alas del solemne templo
diversas estancias, de cruces y altares
siguiendo el vía crucis de Cristo al calvario.

Con catorce cruces o catorce cuadros,
solo una verónica enjugo el sollozo,
aflicción continua de aquel Nazareno,
que por redimirnos ascendió a los cielos.

Me hinque ante el cristo, mi perdón pidiendo 
rogando salud para mis hermanos,
pidiendo el amparo de quienes se fueron.
Bendición divina a quienes llegaron.
rogando al supremo, obrase en sus almas.
Vivir el silencio, del vacío recinto,
de mirras e incienso, sentir el efecto.

Arcanos, escondidos, ocultos misterios,
secretos que encierran los sagrados templos,
redimir penurias, vejamen, angustias,
buscando la paz que calme el enojo.

¡No importa!!, creyente, agnóstico o ateo,
¿si la PAZ se busca?, se encuentra en los templos.

 

 

 

 

 

 

NicolasFerreira