Me ha visto, sí, su madre ya lo sabe
y, tú amor ¡qué paz!; entre los murales,
doña Haydeé mira en voces el destrabe
próximo del zaguán un tal Morales.
¡Yo la amo! pregoné; en tu muy exacto
numen; ¡Oh mi guirnalda de alborozo!,
en la vianda de tu mano hay un acto
y, mi boca manchóse de tal gozo.
¡Oh qué grande es tu casa!, donde me hallo,
las aves que la anidan parpadeando
limpian el fiel corral, flor de tus besos;
«¡penas aquí no hay!»; canta en pecho el gallo
tus labios atalayas caminando
me han dicho: «Ya lo sabe». Id embelesos!.
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John Morales Arriola.