ya es primavera...
y hoy me siento feliz
a pesar de los años transcurridos
y los errores que cometí.
Es el canto de las aves
y la verde pradera ante mi
un deleite para los sentidos
y para el alma el sosiego que perdí.
Contemplan mis ojos ya cansados
los campos preñados de flor
y me siento dichosa recordando
a mis hijos concebidos por amor.
El agua cristalina río abajo
corre sin medida ni control
como aquellas cincuenta primaveras
que se fueron sin decir adiós.
El rocío que al borde del camino
centellea bajo los rayos del sol,
son como lágrimas derramadas
de alegría y de dolor.
El cielo azul en el horizonte
enmarca el pueblo de mi corazón,
es la tierra de mis raíces,
testigo de mi primer amor.
Hoy quisiera en mis retinas
guardar tanta belleza
y que el paso de los años
me llenaran de experiencia.
Fina