Sentados el uno al lado del otro,
la noche había caído
y tú no te habías ido.
¿Qué buscábamos?
¿Lo sabíamos?
No, pero allí estábamos.
La paz llenaba el lugar.
Me paré y de aquí para allá caminé.
¿No dejabas de mirar?
¿Me seguías al andar?
Muy cerca sentía tu mirada
y no sabía si sentirme temerosa o ilusionada.
Mi propio corazón buscaba
y tú a alguien más anhelabas.
Después de la luz apagar
esa parte dentro de mí pude encontrar;
me quería enseñar:
Me dijo: “Está aquì, cerca de ti.”
Puse mis labios junto a los tuyos
sin pensar en qué pudiera pasar,
sólo así quería estar.
Pero tú no pudiste creer
sólo pudiste temer.
- ¿Era un beso lo que quería? -
- ¿Era posible que fuese sólo mía? -
Temblaste y te alejaste.
\"No; esto no puede ser;
La distancia he de mantener.\"
El silencio reinaba,
ninguno de ambos decía nada.
Tras unos minutos, de opinión cambiaste
y con tu mano me buscaste.
Hacer mi corazón palpitar fuertemente lograste
y electricidad
que todo mi cuerpo desde los pies recorrió
generaste;
pero mi corazón no creyó
sólo temió.
Ninguno de ambos dijo nada
el silencio reinaba.
El amor perfecto echa fuera el temor.
O hay temor o hay amor.
Un día el amor su camino encontró
y el silencio el temor rompió.
Un beso dulce tu corazón cautivó
y a un pacto nos llevó.
Esposo y esposa nos llamó
Y un hijo divino nos concedió.
Pero a tu lado el temor volvió
y el amor su camino hasta hoy no encontró.
La verdad el silencio rompió
y tu corazón una vez más temió.
O se queda el temor o se queda el amor
¿Qué vas a escoger, amor o temor?
Yo ya escogí el amor.