Te reconozco aunque de espalda estés,
no hay posibilidad en mí de confundirte.
me llegas a abrumar tanto que tal vez,
no halle palabra adecuada para definirte.
Pero a ojos cerrados te puedo percibir,
basta con el olor que de tu piel me llega;
me sale con el alma lo que quiero decir,
desde ella te veo y mi alma no es ciega.
Tu cuerpo es para mí, territorio conocido,
mis manos como peces en el agua están;
tus senos poemas de amor, no de olvido,
tus poros por mis caricias abriéndose van.
No importa lo oscuro que esté el ambiente
o lo sombrío que quizá sea algún lugar…
tengo a tu cuerpo siempre en mi mente
y es imagen que por nada se ha de borrar.
Puedo reconocerte sin saber dónde ni cuándo,
pero sí el modo pues hasta de lejos te siento;
entiendo al viento cuando por ti va soplando
y tú sabes que no todos entienden al viento.
Es allí en tu espalda donde mis besos se posan
y justo ahí donde “espalda” deja de llamarse;
cuando mi lengua y mis labios tu piel rozan,
tus senos se alebrestan y ya quieren alzarse.
¿Ves que sí te conozco? De eso no alardeo,
contigo para nada me afectan las distancias;
tanto conocerte se debe a mi amor, a mi deseo
y que por verte nunca son menos mis ansias.
Puedes taparme los ojos si acaso eso quieres
y siempre sabré que eres tú sin ninguna duda;
de culparme sé muy bien que hoy capaz eres
por conocerte menos vestida… que desnuda.
Poema totalmente original de Álvaro Márquez
Nacido en Caracas, Venezuela
Todos los derechos reservados
Publicado el 7/10/2014
Imagen: De Google