El hombre quema la tierra,
saca del interior sus vísceras
convertida en minerales...
La ahoga con ácidos traídos de otros mundos
la hiere, la bombardea, la maltrata...
la inunda, la interviene, sin amor y sin tino...
la fumiga, la contamina,
la mezcla con materias raras...
y ella siempre soporta, calla
y despierta...
Despierta con una gran sonrisa y nos mira...
y vemos que aparecen hierbas,
alimentos, árboles con brotes y flores...
frutas que sacian nuestra sed
y hambre...
nos alimentamos de ella
y continúa nuestra faena
de destrucción y heridas...
¡ Qué poca conciencia tenemos los hombres...
nos cuesta comprender
y contemplar su gran belleza!.