Que difícil es aceptar
que ya tú no quieras verme,
que tu sentimiento
de amor por mi a muerto,
mi corazón está herido,
no puedo evitar que mis
ojos derramen estas lágrimas
es un llanto que jamás imaginé
que mis ojos derramarían,
mi corazón tiene una herida
que poco a poco va sangrando,
el pecho me duele tanto
que creo que va a reventar,
mi respirasión se hace difícil
parece que me faltara el aire.
Tú eres:
la alegría de mi corazón,
la luz que ilumina mis ojos,
el aire que respiro,
la sonrisa alegre de mis labios,
el aliento que me dá la vida.
Pido a Dios
que se apiade de tí,
para que en en tu amarga soledad
no mueras de amargura.
Que se apiade de mí,
para que yo no muera de amor y dolor,
el dolor que me causa tu indiferencia y tu desamor.