Cielo que pareciera
a punto de romperse,
de desprenderse
de su manto de obsidiana,
sombra meridiana
que recorre la ciudad,
sigilosa
va devorando con su inercia
pájaros sin alas
que lloran en el aire
Arroja implacable
parvadas de mensajes
que solo se escuchan
en los desgastados bordes
de los sueños
de quienes nunca
están despiertos
Extingue siniestra
las flamas azules
de seres inertes
que se extraviaron
en la incertidumbre
de su propia atmósfera
enrarecida
Su tempestad implota
en aullidos de luz,
incita a consumirle
a parpadeos
y suspiros
Si, es Ella,
la noche,
dama sonámbula
que nos observa
absorta
con sus millones de ojos
Si, es Ella
la que me cuenta
sobre mis prisiones…