La sala está vacía, solo unas voces en silencio.
La víctima en el centro de la morada yace
rociada de sangre violeta sin manchas.
Todo es negro: los libros la tinta las palabras
la verdad se esfumo en el infinito
cansada de tanta falacia.
No hay velas, solo una música color sulfúrica
que unos bailarines sin pies ni cabeza danzan
el ardid de la noche lo consume el dinero
el poder y una palabra sin mancha
en unos palacios fabricada con la bendición
de dioses griegos, egipcios y hebreos…..!
No hay demonio capaz de resistir
la tentación de esta noche de escobas
y cacería sin mangas
cuando despacio muy lento
entre el ardid y el humo de la palabra sin mancha
sollozando se diluye una patria.
© Emig Paz