La gente de esta tierra
compró el silencio
envuelto en papel brillante
y calla en forma tenue
la sangre caída de la luna
en la vigilia nocturna,
el sueño del elefante
dormido en la guarida,
los gritos salidos del mar
y la voz del viento llorando despacio
los hijos muertos bajo la tormenta.
La gente de esta tierra
compró un boleto al infinito itinerante
y volar, volar, volar como las águilas
huyendo al acecho nocturno
volar soñando con una tierra sin dueño
volar y olvidar el dolor
de los clavos en los crucifijos.
Volar, volar, volar y soñar
en un paraíso blanco
sin la presencia de nadie
solo con música del cielo.
La gente de esta tierra
canta en silencio
las noches y sus ansias.
© Emig Paz