La lluvia golpea la ventana.
Un gran relámpago ilumina la noche, una noche negra y oscura.
Entre toda esa oscuridad se muestra la luna, redondamente perfecta, como una moneda.
El silencio invade la habitación y el olor a tierra mojada llena de oxígeno mis pulmones.
En la lejanía se pueden ver las luces de la ciudad que parecen como árboles en
Noche Buena.
Y yo?
Aquí, pensando en ti.
A veces me inundan los recuerdos y me pesa el corazón.
Que no haría por tenerte a mi lado un día más, por no sentirme así tan perdida en medio de todo esto.
Me gustaría tocarte y oír tu voz, sentir tu risa y oler tu perfume.
Pero no.
Mi alma ha quedado como los muertos vivos que deambulan con la mirada vacía.
Sus ojos ya no brillan y no logran expresar sentimiento alguno.
Que no haría por tenerte a mi lado un día más, solamente un día más…
© Reservados todos los derechos de autor conforme a la ley vigente