Aun recuerdo el momento
cuando tu hermosa figura
sostenida en tu cintura,
me robó el aliento.
El rubor de tus mejillas
era evidente y palpable,
y a un vistazo a escondidillas,
vi que estabas...saludable.
Tu silueta a la distancia
se me hacía transparente,
¿Y que pasó por mi mente?
¡me acordé hasta de mi infancia!.
Quiso mi Dios del cielo
que esa criatura hermosa,
me llenara todo anhelo,
y hoy día,eres mi esposa.
Hoy te escribo este poema
por que aun te sigo amando,
y a mi amor le voy sumando,
este fuego,que me quema.
Autor:Bernardo Arzate Benítez