Ahora no sé, si con razón o sin razón
pensando en nuestros hijos y su formación
escribía con el ardor que nos da la juventud
palabras que exaltaban mi inquietud…
¿No educamos a nuestros hijos
demasiado indefensos frente a la vida?
¿No nos hemos dejado llevar demasiado
por el impulso de protegerlos frente a la desdicha?
Desde la infancia misma, hay que enseñar a las personas
tenacidad y autodefensa, firmeza y llegada
y como la lucha así lo exige…
¡Crueldad!
Quiero que mi hijo sea valiente
que no se doblegue ante el infortunio
lo más imperioso es tener carácter combativo
lo demás… ya son otras cualidades.
Era fuerte por mis pensamientos
pero cada quién es como es
y no como quieren que sea
amo mi pasado, como amo mi presente…
Shary Alejandra.
delalma
Miércoles, 10 de febrero de 2010