Rojo y Blanco
Ojos hechizantes de verdoso matiz,
Sonrisa delineada, rojo carmesí,
Enmarcada por su rostro, blanco y gentil,
Mirada insistente, atrayente para mí,
Me visa reincidente, su marca llega a mí.
Le miro complaciente, delicado, admirado,
Sonrío reverente, cortés y obligado,
Me sigue, me acecha, me caza, me mata,
Su boca marcada, rojiza, endiablada,
Me sigue, me atrapa.
Ahora camina, fina, delicada,
Su cuerpo se agita, le miro, me acaba,
Me insiste, me busca, atrevida y osada,
Se acerca sin miedo, avanza sin calma,
Mi corazón nervioso, trepida, estalla.
Me tocan sus manos, tibias, delicadas,
Enmarcadas en mi rostro, me acarician, me agarran,
Sus labios me besan, me marcan, me abrazan,
Un rojo profuso, de huellas y rayas,
Calcinan mi rostro, arden en mi alma.
No dice palabra, se aleja pausada,
Camina sin tino, parece embrujada,
Solo mi recuerdo, le queda, me guarda,
Toco mi mejilla, acaricio su marca,
Huelo su perfume, de rojo escarlata.
Rafael Antonio Panamá Sánchez