EL MAR ES NUESTRA VIDA
Aquí al lado del mar,
jardín de la amada perla,
aquí la vengo a llamar
para curarme las penas,
y me bese la nostalgia
que a mis pupilas rodea,
y me acaricien sus labios
lo mismo que la marea,
cuando besa las orillas
de esas mágicas arenas,
solitarias y dormidas,
por tantas playas desiertas.
Así vivo yo sediento
como las blandas arenas,
esperando la saliva
de mi fonibusa y de mi libella,
que tiene afán de besarme
y yo también de beberla.
Ven tú amada mía
que estoy bajo la tierra,
sálvame tú amor mío,
de esta terrible condena.
Me han pegado los astros
y desde aquella muero de pena,
y lloraré siempre por ella,
antes que se nuble el sol
y se queme toda la tierra.