Adhiero al lema de tu sonrisa;
al infranqueable poder de tu mirada
en pura rebeldía…
Al inherente impulso de tus sueños;
a esa efervescencia que irradia
la luminosidad de tu silencio…
Al trazo azulado de tu verso,
anexo esencial de tu alma…
Porque eres razón y efecto,
indulto y premisa
de esta felicidad alocada
que me dedicas…