En una noche oscura
con ansias en amores inflamada
¡oh dichosa ventura!
salí sin ser notada
estando ya mi casa sosegada.
San Juan de la Cruz
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Doliente de ti yo vi la noche oscura,
menesterosa y lánguida de alientos
donde el aura se esconde en la negrura,
triste noche sin alma, de locura,
que en su sordez no atiende mis lamentos.
La misma que me invita al desaliento,
reflejo fiel de sueños de amargura,
de ese instante febril, ese momento
en que el presagio trócase en tormento
de agotadas tinieblas con suturas.
¡Oh noche obnubilada y misteriosa!
filósofa, alquimista que al ocaso
sombra del miedo, mala y tenebrosa.
lápida de inhumanos, esa losa
de hollín sucia y tiznada hasta el parnaso.
¡Noche ¡ay! sin un final que en las tinieblas
herida es por la ausencia de mi amada.
Yo pronuncio su nombre entre la niebla
mas el grito que emito siempre rebla
y el eco me repica y no oigo nada.