Raul Gonzaga

Dulce alivio

¡Ay, vida! ¿Cuánto has jugado conmigo?

Me llenaste de infinita alegría,

Me diste una celestial compañía

Que me brindo con ternura su abrigo;

 

Y de repente quedé en el olvido,

Siguió la tormenta a tanta armonía,

Me arrebataste lo que más quería,

En mar sin rumbo me encontré perdido.

 

¡Cuánto he llorado por tan grande ausencia!

Mas soporté tan inmenso dolor;

Sigo anhelando su grata presencia,

 

Sigo extrañando su infinito amor:

Ella se fue, pero olvidó su esencia:

Un dulce alivio para el corazón…