Tu risa espontánea
salió a raudal
a compartir dulzura
con el cañaveral…
Salió salpicando
alegría inusual
a compartir su miel
con el panal.
Y es que tu risa
cual flor primaveral
se adueñó de tu alma
de verdad, verdad.
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela