Sueños de libertad…
Muero a diario…
Muero cada día…
Como mueren en descenso las hojas opacas
De un otoño que se ha instalado en mi alma,
Como esos programas de virus indeseables,
Como esos troyanos que no han nacido en Troya
Como aquella Reina en medio de las guerras,
Muere la distancia pasajera,
Muere en el delirio de mi mente que explota,
Cada día una nueva derrota
Atraviesa el corazón…
Muero cada día…
Muero a diario…
Como mueren aquellos que privados de su libertad
Sueñan con tenerla entre sus brazos,
Como sueñan los poetas locos en princesas
De un castillo encantado…
Muero como mueren ahogados
Los peldaños del destino…
Muero a diario sin el abrigo necesario
Que me devuelva la vida…
Muero y aún todavía…
Sigo muriendo.
Muero a diario…
Muero cada día…
Las calles aún siguen vacías
Después de cada derrota
Como el caudal del rio en la orilla
De mis ojos brillosos…
Mueren los ojos fundidos de fuego,
Mueren las murallas que recaen
Detrás del abismo de creer
Que aún puedo encontrar la vida…
Que aún puedo volver a nacer.
Muero cada día…
Muero a diario…
Como mueren aquellos que reniegan de sus vidas
Como mueren aquellos en lo cotidiano…
Cuando los brazos por el piso de la bronca
Barren la miseria de tus días…
Muero de pie y en larga despedida…
Muere mi alma y mi vida.
Y así en el palpitar de un corazón que tanto agita
Las alas empantanadas que deliran mi alma
Bajo el manto nostálgico que aclama otra vida…
Puedo encontrarme sentado bajo el umbral
De esta tierra que aún reniega la existencia,
De aquellos sueños de libertad
Que hoy condenan mis plegarias en el ocaso,
Que hoy llenan aquel vacio vaso
Hacia la eternidad…
Muere hoy conmigo la soledad.
Muero a diario…
Muero cada día…
A cada paso que el alma se lastima,
Las fuerzas que generan mis heridas,
La vida que conlleva a ser vivida…
Muero como aquel vagabundo en busca de comida
Muero de hambre y de agonía,
Muero lejos de los brazos de la orilla
Muero por las mías y con la misma mochila,
Con la que los años se llenaron de semillas
Con la que el peso nunca dejo de ser tan dura…
Muero cada día sin encontrar la cura.
Muero cada día…
Muero a diario…
Como mueren todos estos largos años
En donde no pude revelarme ante el mundo
Y desde el dolor profundo
De saber que no pude cumplir todas mis promesas
Muere la voz, los sentidos, muere el saber vivido…
Como mueren aquellos que nunca han luchado
Como mueren las palomas en vuelo, y sin sentido
Cuando no encuentran el rumbo a lo desconocido…
Como mueren hoy mis palabras sin asilo
Muere el poeta escondido…
Muero a diario…
Muero cada día…
Como mueren hoy…
Mis sueños de libertad.
Christian A.C. Vázquez