Tras convencer a Isabel , que estaba bella y lavada
pues duchóse el mismo día en que conquistó Granada,
zarpó de Palos un día Colón, el Gran Almirante
con ciertas dudas ocultas que tenían sus navegantes.
Don Rodrigo de Triana y los Hermanos Pinzones
tres carabelas cargadas de agua fresca y provisiones
de Castilla y de León ondeaban los pendones.
El Rey Fernando contento que se fuera el Almirante
amoscado por rumores de que persuadió a la Reina
con poderoso argumento por detrás y por delante.
Isabelilla , coqueta siempre convencía al monarca
pues ya estaba de sus celos comprensivamente harta
le animaba por las noches : “empuja ,empuja Fernando
que esta vez amado mío, parece que ya va entrando.”
Tras todas estas intrigas y con un par de alerones
zarparon por fin ufanos Colón y los dos Pinzones.
La travesía fue exhaustiva , el desánimo cundía
hasta que por fin un día con una clara mañana
se oyó el grito desgarrado que de la verga salía
¡Tierra a la vista ¡seguro, soy Rodrigo de Triana.
Desembarcaron ansiosos con Colón a la cabeza
portando los estandartes por dar a España grandeza
al clavarlos en la arena Colón se puso a pensar:
no sé porqué me parece, que la vamos a cagar.