La lluvia golpea insistente los tejados de mi edad
y cada gota me recuerda tu voz.
Mi cigarrillo se agota dibujándote y yo,
no me cansó de añorarte entre mis líneas
Unas de poesía y otras de tiempo.
Silencio, humo, vino, soledad
Sólo faltas tú.
La constante ausencia que me impulsa a vivir.
¡Ah cuerpo que no aguantas,
aunque mi alma así lo reclame!