Emanas del aire
a borbotones
y caes por las laderas de mi suspiro…
Irrumpes la escena de mi alma
atravesando mis temores,
insuflando bocanadas de inefable colorido…
Me vuelan pájaros en la sangre,
revistiendo de infinito
mi pasajero instante…
Soy el rostro cautivo de tu silencio
inseparable a tu respiro;
mullido segmento
que articula el florecimiento de tus ojos,
tenaz composición que apunta
hacia el cielo mismo
en donde frondoso converges…
Impulso adyacente que fatiga la sombra
y moja los prados de mi mente
con polvo de diamante…
Desnuda me encuentro en los pasillos titilantes
que atenazan tu desvelo,
señuelo pujante que me devora
y me hace nacer de nuevo…