Campos de tierras
en tormentas encarnizadas
arrastran furias de pobreza,
cuando de luz el cielo
enciende sus mechas,
para que veamos
que es llama de trabajo
como de descendencia,
y no tierra de hierba seca
en secuelas de matorrales,
apagando horizontes.
Aún en desiertas tierras
nos enseña el arcoíris
de sus colores,
de tierras de racimos
de amor y porvenir,
que aproxima nuestro destino.
Aún en tierra cargada
de armas sin almas
preparada sin calma,
sólo por arrancadas
en nosotros mismos
de vacíos cautivos…
Autora: Lucía Pastor
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España