Tiritando está
aquel flaco verso,
buscando amnistía
sin haber pecado.
Guarda el pobre
la esperanza divina
de escuchar la música
que despide la guitarra enamorada
que soltaba melodías azules
y rojos cantos de pasión,
enmudeciendo el tedio,
inspirando una revolución
en el alma de un poeta
sin horizonte para su caminar,
ay poeta! pobre verso!
a fuego lento se quema su intención.
¿Si la causa desaparece
es su culpa haber nacido
y tener que deshojar penas
buscando al embustero de Cupido?