Hay un pato valiente
todo pintado amarillo
siempre en los días siente
ese olor a tomillo.
A él no le inquieta
cuchillos ni tenedores
ni su gordura le molesta
pensando en los comedores.
Pero sigue sin inmutarse
entre platos y fogón
a sentido matarse
pollos y cerdos gordón.
Ve afilar cuchillos,
las manzanas preparadas
una poroga con ajillos
y las aguas recién calentadas
Mira en la cocina
los aderezos adecuados
pero valiente él examina
desde su cuadro colgado.