Limitado el tiempo de mi vivir.
Infinitas las ganas de amar.
Ese amar hace que mi existencia sea eterna, porque solo el amor es eterno.
Soy un grano de arena en la playa inmensa del universo, expresión concreta de un Ser Supremo que me prefirió viviente, regalándome el respiro de la vida, su ruah divina.
Nada merecido, todo recibido, sin pretensión alguna, gratuidad pura.
Soy una historia inconclusa, siendo el protagonista principal, en donde el desenlace dependerá de mis opciones existenciales.
No soy un ser encerrado en si mismo, sino una unidad con toda la creación. Parte de un todo, un todo que vive en esa mi parte. Enriqueciéndome en la medida en que doy, creciendo con lo recibido.
Soy fuerza y debilidad; sueño y realidad; destrucción y creación; frío ardiente; vida y muerte; potencialidad e impotencia; alegría y tristeza; esperanza y finitud; una eterna paradoja; un ave errante, que busca en tu pecho, amor eterno, un nido, lejos de cualquier congoja.