Amor empieza por tu aire
solitud y desvelos
y cuando tu voz ya no es tu voz
sino un recuerdo lleno
dentro de mi garganta.
Estás dentro del sol
y no es el sol
el que me ilumina
sin principio, sin fin
sino tu dulce fuego.
Conservo tus rayos de velos
que son la melodía
de mi sed de amor.
¿Qué razón hay en el cielo?
Pues quiera o no quieras te quiero
entre mis alegrías
y entre mis lágrimas.
Tus pasos son suspensos
en el alba
donde no existe el dolor
sino el calor de mi almohada.
24 de abril de 2014
Autor: Rafael Molero Cruz