Yo me sé mortal y limitado,
sujeto al movimiento eterno de los polos;
sé que mis dolores pasan pronto.
Y que de los pasos que doy, se grabarán solo los ecos.
Siento un dolor matutino en la cabeza
de insatisfacción, de preocupadas horas.
Voy dando vueltas en el confín de mis experiencias
soñando con ser, un alguien antes de ausentarme.
Este estado grávido, mal enfocado,
en el que mi alma camina de espaldas a mi nombre
la insomnia palabra que va por mi garganta
tiene temor a estallar tan ultimadamente.
El mundo es redondo y gira eternamente
La vida es corta y cuando se extingue te vas permanentemente
Las preocupaciones pasan… y siguen otras incansadamente
Pero el silencio de tu voz…
Queda, incrustado en mi pensar.
Y me duele, tan pesadamente.
Alejandro Montes