¡Excelsa!
cual tarde dimensional de la procesión de tus fieles miradas;
eres el augurio que vio nacer mi querer,
¡Oh, excelsa mujer delicada!..
como las espumas del Jordán,
seda encantadora donde pose mis manos;
tu sangre es el vino, tu cuerpo el pan.
Desnuda con un beso de amor mi cuerpo
y, hazme beber de tu sidra _ embriágame,
de palabras renuente y, dame tu sabiduría.
¡Oh joya sagrada de un Edén, tu cintura
danza en el universo tenue de lo imposible!
Tu llanto es conmovedor; como de una niña triste
y, tus penas se han ido a guardar a tus ojos,
a lo lejos se extingue una estrella, explota
de valor de tu vida, se pierde una pena tras la alborada,
envolviste mi vida en suaves gotas de pasión
ataviado a mi rojo corazón,
estoy feliz, excelsa.
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John Morales Arriola.