Todo ocurrió no hace mucho tiempo:
...era primavera amarrado de otoño, el cielo era rojizo a deshoras, en tinieblas al pasar tu sombra por el descanso somnoliento de mis ojeras, el cielo era estrujamiento del infierno en la tarde, cuando se descomponían los abrazos y caían con nostalgia los besos..., rasgando la piel quebrada -hojas percudiendo la melancolía del clima- [era felicidad por un instante-
eras tú, desnuda
en mi vocabulario sanguíneo,
como hojas exiliadas de las alturas de árboles frunciendo su dicotomía en razones obvias en contra de la sabiduría y del amor exprimido de las nubes;
una lágrima nace de tu mirada,
la lluvia se hace singular en los rezos palpitantes del sentimiento que profesas,
sí tan sólo] solamente pluralizarás tu ignoto corazón,
el sol resucitaría de nuevo en el vértice de mis ojos enfermos y decaídos,
[quizás] no habría que ocultar la incubación de una sonrisa,
partir el huevo, dejar que la yema sobresalga de los dedos
-y que el tacto-
sea el canal de nuestro sesgo inconcluso,
a un tema de introducción
de nuestro pecho cabalgando las estrellas del universo;
es hiperbólico quererte a medianoche,
y
cuando los fantasmas afloren el pavimento de las calles vestidas de ausencia,
un palpitar sin definición caminará por ese viaje descalzo
a tu avenida sin tráfico, donde sin querer [O con querer] te secuestras el aliento
[Pensar] piensas,
que la felicidad no sé comprende,
tú allá tan lejos,
yo acá tan lejos
-comprendes-
es paradójico amarte cuando los muertos despiertan,
a un latido de madrugada [Secuestro tu amor del pecho]
no es noche, no es mañana, no es hoy,
es ayer que sigue siendo un beso enjaulado en el alma
[de esos besos] que perduran
aunque la lluvia quiera borrar las huellas
la sombra persiste en el espejo del tiempo,
no hay reflejos, ni cuerpos, ni deseos, ni sueños
solamente un ultrajado capricho:
sacarte de un recuerdo, resucitando el Otoño vestido de tus caricias
y la lluvia de tu tacto, un beso enjaulado
gota a beso, el plural de tu pecho
es la inspiración de mis versos salivales,
una metáfora de herrero fundida en la herida de la guerra:
una personificación denotando el cosmos exhalando el fuego caníbal de mi ataque a la paz que predicas-
Una hipérbole desencadenando el \"Big Bang\", convulsión sanguínea imperando la destrucción de los pueblos por la ley marcial; de amarte] cuando el reloj se injerta en el vacío -espacio-, una galaxia se inventa de nuestro impacto -nace la vida-
nace el recuerdo, nace el tiempo,
tú en mi distancia, tu en mis sueños
en mi cama
desencadenando la destrucción
y la vida nueva
el apocalipsis
abierto en las sábanas, entre el contraste de la luz y la oscuridad, las sombras tatuadas en las murallas, y un sonido puntiagudo asesinando al corazón, un asesinato dulce y tranquilo- acelerado los versos confusos,
el tacto desvalijado,
un viaje en silencio,
tu voz fértil en el amanecer de los muertos*
despertando las noches pálidas y enfermas
tú, vestida de amor
y
desnuda de placer,
es el gozo por hacer
prevalecer
la resurrección de una fe olvidada por mi creencia lasciva, -y frenética] poética-
sentir-te -a deshoras-
la esencia, el sabor de tus labios puntiagudos
y mi carne hundiéndose en tu verbo,
un sentimiento encontrando la paz de los extintos Adán y Eva*
A Jocabeth Patlan Castro con placer bautizado*]
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