I
Alzaré mi alma a las alturas,
pensaré en el Amor eterno,
estaré ahí, como siempre,
esperando en silencio,
dejando que el rocío...,
descanse en mi rostro...,
y pueda sentir tu calor
en mi espíritu.
II
A ti Señor, te aclamo,
te pido de verdad que llegues a mí,
no te pido riquezas,
ni siquiera la salud de mi cuerpo,
te pido por Ella,
sí, claro, la mujer de mi vida,
la que Tú me diste,
la Eva de mi paraíso,
la he visto llorando,
y ¿sabes?, tengo miedo,
no me dejes solo,
si quieres, ven por mí...,
no quiero que llore.