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Detener mi caminar,
Detener mi respirar,
Detener mi pensamiento,
Simplemente detener mi vida.
Yace ya un hombre en la tierra,
Tumbado viendo al cielo.
Entre su propia porquería de pensamientos.
Ideas de lo que pudo ser.
Idolatra de si mismo,
Dependiente de la vida,
Irracional en el amor,
Y un idiota en su inteligencia.
Pretencioso de un sueño,
Que la realidad trajo a si,
Y en ese instante agorero,
Callo, como un tronco al suelo.
Vientos de ironía colman al mundo
Insaciables en sus apetencia de ser.
Locos por la dulce miel,
Calla, calla, que no basta con ver.
Despójame de este dolor,
Déjame descansar,
Un suspiro embarga mi alma,
En mi lento caminar.
Postrado esta un futuro, cual fue,
No lo se, nunca llego.
Caballero Nocturno