Te encontré en mi taza de café,
Y saboreé tus sabores oscuros.
Te encontré en mi copa de agua,
Y supiste desarmar mi primera sed.
Te encontré en el cristal de mi ventana,
Y vi el mundo a través de tu alma.
Te encontré en el pan de la mañana,
Y has mudado el hambre de mi ser.
Te encontré en este asiento vacío,
Y me acompañas con tu atuendo de aire.
Te encontré en unas páginas inescritas,
Y solo dejaron eternizar tu nombre.
Te encontré en mi lápiz,
Y en todas las estelas que dejan las maderas inmigrantes.
Aquí sigo… encontrándote…
Como cuando jamás te había encontrado.
LRL
15-10-2014