una mesa amplia, un pote de tinta negra, una pluma de alta calidad, una rosa negra, una taza de café, un cigarro encendido, una copa de vino, un trozo de papel amarillento, unos labios ansiosos de decir y unas manos ansiosas de escribir.
unos ojos negro azabaches, unos labios gruesos y húmedos, una silueta desnuda cubierta por los pequeños dobleces de las cortinas, las hondas de la guitarra que deja de sonar desbaneciendose a lo ancho de la habitación, una habitación, dos cuerpos fugaces y un momento efímero.