He recorrido tus rimas
buscando algún gesto que me dijera
como surcar tu intimidad de poeta.
Hurgando entré en tu espacio
y pude sentir hasta tu respirar
cuando escribías con luces de estrellas.
Al leer tus versos...
toqué el borde de tus lágrimas
me detuve en las esquinas de tu sonrisa,
respiré el aire doloroso de tu melancolía
y mi piel se acunó en tu poesía.
He muerto en cada una de tus muertes,
he navegado a verso abierto
tan solo por el placer de leerte.
Degusté cada estrofa, letra por letra,
las probé para atrapar su sabor
en el nuevo temblor de mi vientre.
Yo conozco de ti , lo que nadie sabe,
porque tus versos habitan en mi sangre.
Tus caricias tienen el sabor de los poemas
porque primero yo te leí ,
entonces supe ...como tú eras.