ay, éstas manos que juegan a quererse y no quererse
Como que se cruzan y se sueltan.
Se tocan, leve, apenas en caricias y después se desvanecen
como polvo en el viento.
Nuestros dedos merodean.
Se asoman, buscándose.
Qué sutil es el coqueteo de los dedos.
Dicen ir y no van todavía.
Esperan a que no los esperes.
Ahora si, se acercan.
Tu mano y la mía se tocan.
Mi palma en tus nudillos.
Mis dedos entre los tuyos,
y el pulgar te amanza ese pulso rebelde.
Caricias llueven, constante tacto.
Parecen contarse secretos.
!Es lo que hacen, cuando las manos se tocan,
todo lo dicen!.