Siento como el silencio
comienza a acelerar
su tranco, siento como, el
olvido está llegando,
siento como el amor
de a poco se va marchando.
Nunca he sido cobarde
pero está vez, se me congela
la sangre, la piel se me eriza
palidece mi rostro, y es
porque aún, te estoy amando.
El tiempo y los sucesos
son los encargados de
hacerme entender que ya,
casi no queda nada de
ese amor que nos juramos.
Pero, yo no lo he querido
aceptar, y hasta hoy sigo
luchando, tratando de componer
lo que se ha averiado.
¡No quiero aceptar que he
fracasado! no quiero
abandonar la lucha, ni
soltar la espada de la
esperanza, que tanto me ha
acompañado estos años.
No quiero creer que ayas
cambiado tanto, que el clavel
al que tanta dedicación
le brindé, vino una mano
extraña, lo regó y no sé
con qué, que lo hizo cambiar
tanto, que ni clavel parece ser.
Siento que hasta el sol se ha
alejado, y no brilla como ayer,
y mi jardín sintió la falta
de sus rayos de luz también.
¿Que será de mi clavel, cuando
lo planten en otro jardín?
¿Lo cuidarán como yo lo
he cuidado, o al final
lo dejarán morir, sin darle
el abono que de verdad
necesita, lo mimarán,
será verdaderamente feliz?
¡Aunque me cueste aceptarlo
creo que lo debo dejar partir
entregárselo al hortelano,
que lo hizo olvidarse, de mí!
Mónica.
Ruth Mónica Muñoz R.
Derechos de autor.
Chile 2014.