bonifacio

El señor ratón

El señor ratón

bajó a ver a la rata

que se hallaba con la gata de ese alegre callejón

ambos hablaban de la vida

que en ese momento estaba muy barata

y de toda la dulce armonía que reinaba en la población.

 

Por ahí pasó un perro

uniéndose a la conversa

y a continuación se habló de la fuerza que posee la oración

los tres estaban de acuerdo

de lo cruel que era la guerra

y concordaban en que la miseria era la ira de Dios.

 

El señor ratón sonrió

dirigiéndose a la alacena

para proveerse de un poco sal y una porción de arroz

y seguramente algún otro manjar

para una deliciosa cena

y luego dormirse una siesta en el corredor.

 

El señor ratón iba contento

su vida estaba plena

y en ese momento tan celestial

cometió un grave error

piso una poderosa trampa

tendida por la señora Elena

y nunca pudo llegar al comedor.