Un ángel en tus ojos me desnuda la frente
con soplo venerable,
consigue untarme de tu Luz
y elevarme al templo infinito…
Retratarme con el brillo de tu silencio
engarzado a mi pecho en soliloquio celestial…
Entrelazar
la enfervorizada lozanía de mi alma
a la piel de aromas
que envuelve incansable tu presencia…
Me estrecha tu Noche seductora
y los orígenes del sueño
me hacen vigilia…
Consentida y mágica
camino descalza los pasillos del aire
y con tu aliento indomable
me vuelves fuego de plata…