Caigo.
Caigo, solamente, caigo.
Como la intensidad en verano, de sus tormentas.
Como la suavidad del otoño, en sus hojas.
Como las lágrimas, se amontonan y al suelo asoman.
Como los labios, cierran tú boca.
Como los peces, sumergen sus aletas.
Caigo.
Con el solo efecto, de tu llamada,
Con la complicidad, de tu mirada.
Por ello en ocasiones miro a mi alrededor
Y me encuentro solo,
En otras, parezco el epicentro de la tormenta.
Así he descubierto, que tengo
Necesidad de ser,
Necesidad de ver,
Necesidad de amar,
Necesidad de sentir,
Para levantarme
Y descubrir que la única diferencia
Entre mi beso y el tuyo
Esta en los labios, de cada uno.