Murialdo Chicaiza

QUEBRANDO LA REALIDAD

Bienaventurados los que viven en la realidad

que la miran de frente

aquellos que la padecen desde sus trincheras

cuya mirada y sus palabras son

espadas de doble filo en la niebla.

 

Sus feroces brazos se agitan en los bosques

van cantando una épica melodía

sus corazones laten al ritmo del amor

sus ojos miran mundos por hacerse.

 

Mis héroes están más allá de las cosas, las traspasan

viven y vivirán en mis sueños, en la esperanza,

de que la realidad puede quebrase

en la seguridad de que los enemigos existen

y que al final serán vencidos.

 

Mis atalayas son de carne y hueso y dentro de ellos

llevan espíritu de sabiduría, armaduras, corazas.

Sufren con el sufrimiento de todos los seres

laten, con el tic tac de los siglos, cambian de piel

en la piel de todos los arrasados por las guerras

pasan hambre con los hambrientos

de universos destartalados, se humillan

con los humillados de las manos vacías.

son efímeros, pero su inmortalidad está

al orden del día, respiran rebeldía

sus corazones arden en la brasa del escarnio

en el fuego de la derrota

pero veo sus cenizas esparciéndose en el viento

llenando mis pulmones

 de fisuras, de gritos y semillas.

 

Sus nombres penetran las calzadas y los puentes

los desiertos, los escombros y los palacios

se pronuncian en varias lenguas

están escritos en lo alto, juegan con las estrellas

los bajo cuando yo quiero

los traigo junto a mis costillas

no les dejo ir sin que me interroguen.