Andrés Mª

UNA LLAMADA Y CAMBIÓ LA TARDE

¡Qué triste que está la tarde,

que hasta los cielos me lloran!

En los pañuelos del aire

van secando su dolora

pues el Sol ya no calienta,

ni se asoma, ni lo dejan,

pues las nubes solo intentan

que el dolor sea en tinieblas.

Pero en mi alma se enciende

la esperanza de una luz

y un reflejo permanente

que proyecta esta actitud,

con el deseo que siempre

me has acostumbrado tú.

Un timbre y una llamada

me traen el Sol a mi tarde

y las nubes, asustadas,

se van buscando otros lares,

donde llorar sus lamentos,

dejando a los celulares,

que se hablen y se digan

y se llenen de te quiero,

en esta tarde bendita,

que me has llamado de nuevo.

Andrés Mª - El Poeta del Amor

 

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