La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando.
Pablo Picasso
- - -
La vida es tan pequeña que cabe en el pañuelo
del caminante en celo que observando una luz,
no advierte nada al trasluz, nada hay mirando al cielo
y acaba en su recelo colgado de una cruz.
La cruz, ese castigo tan duro y tan pesado
que al Gólgota el calvario le condujo a Jesús,
es a ella ahora esa cruz que, infame, le ha tocado,
y además de olvidado le han insuflado pus.
¡La pus, maldita secreción que huele y putrefacta!,
maltrata corazones, pone al seso un corsé,
la súplica no escucha y aun mas ni se retracta
pues ella echará en falta la ayuda que no fué.
Se fué como la brisa, se fué como la espuma
y aquí sigue esperando y se fué, se fué, se fué
y en su barca de versos ya no encuentra ninguna
razón de abandomarle, por qué se fué, no sé.
No sé si se fué al norte o si se marchó al oeste,
ni pudo preguntarle, si en otra dirección,
pues todo a su alrededor se convirtió en agreste
comenzando a dar vueltas ¡maldita sinrazón!
Razón de su esperanza, razón de su locura
de un barco a la deriva, que ausente aunque no quiera
quisiera que ahora el sol matara su amargura,
que retornara a su lado, eso es lo que quisiera.
Quisiera ya olvidarle pero olvidar no puedo
de aquellas nubes grises su intensa plenitud
ya sus ojos no brillan, su mente es un torpedo
y sus iris de ciego no ven ya ni al trasluz.