El tiempo vivo
conciso
como antiguo telegrama
desdibuja
en cada parpadeo
las alas frías
de la manera extraña
que tienen los que se fueron
de quedarse
sin estar.
Cuando el tiempo se cansa
de dar vueltas
en su almohada de viento
y las auras de esas alas
son pañuelos
que flamean
el silencio
es secreto
y el olvido
como un buitre
impaciente
espera
como si todo
o como si nada
pasara.